Los adventistas están ayudando a inmigrantes musulmanes y a mujeres refugiadas a aprender habilidades y obtener ingresos.
Cada verano, la Adventist Muslim Friendship Association (AMFA, Asociación de amistad entre adventistas y musulmanes), una iniciativa de la División Norteamericana con base en una localidad cerca de Chattanooga, Tennessee, Estados Unidos, dirige una escuela de verano para niños de familias de refugiados en la zona. Según AMFA, el objetivo es ayudar a integrar a los niños refugiados en los Estados Unidos de forma piadosa.
En el 2016, más o menos al mismo tiempo que comenzaron las clases de verano de AMFA para niños, los líderes de AMFA comenzaron a dialogar sobre las opciones de actividades para las madres que traían a sus hijos a los programas de verano. Ese primer verano incluyeron clases de inglés y geografía, caminatas en la naturaleza y algunas clases de crochet para las madres. El verano siguiente, después de observar a otra organización, Peace of Thread Atlanta, que enseñaba a las mujeres a tejer bolsos y carteras, AMFA amplió el programa de verano e incluyó clases de costura para las mujeres.
“Cuando hicimos el anuncio, esperábamos que quizás media docena de mujeres asistiera a las clases”, dijo Nema Johnson, que ayudó a liderar el programa de costura. “Al final de la primera semana de costura, había más mujeres interesadas en aprender que máquinas de coser prestadas”.
Después de esas cuatro semanas de clases de verano a las que asistieron más de una docena de mujeres, había mucho interés en continuar con las clases. Desde ese momento, el grupo se ha reunido cada dos semanas.
El proceso completo desde comienzo a fin involucra a los miembros de iglesia y a los alumnos de la zona de Chattanooga que cortan telas donadas, y luego, en la clase bimensual, las mujeres trabajan con las telas cortadas previamente para diseñar hermosas carteras y otros bolsos. Durante los fines de semana se realizan fiestas de carteras en los alrededores de Chattanooga. Las fiestas de carteras constituyen el escenario para que las mujeres refugiadas puedan ganar algo de dinero para sus familias por medio de la venta de las carteras que han hecho.
La clase de costura habitualmente comienza con un momento de charla y camaradería, seguido por una oración de apertura. Entonces las mujeres trabajan para aprender un nuevo diseño de cartera. Terminan el proyecto durante la clase o se lo llevan a la casa para continuar trabajándolo hasta el siguiente encuentro.
“A las mujeres les lleva una ciclo de aprendizaje hacer carteras de buena calidad. No se trata simplemente de juntar material y coserlo para obtener dinero”, dijo Darleen Handal, coordinadora de AMFA del área local. “Estamos proveyendo un servicio y estamos creando una obra de arte”.
Impacto de la COVID-19
Cuando la pandemia de la COVID-19 hizo que los negocios e iglesias cerraran sus puertas por todo el estado, las mujeres adaptaron su forma de trabajo y de socialización como comunidad. “Al principio, todo quedó estacionado mientras ideábamos qué hacer”, dijo Johnson. “Pero luego comenzamos a reunirnos cada semana (virtualmente)”.
Poco después de que comenzara la cuarentena en marzo de 2020, Johnson diseñó algunas máscaras que las mujeres pudieran coser. El primer objetivo de este emprendimiento era asegurar que las mujeres tuvieran máscaras para sus familias. Se puso en marcha un proceso de desinfección. Después de pasar la tela y los materiales por un proceso de esterilización, Johnson lleva esas pilas de tela a las casas de las mujeres y las deja en la entrada. Las mujeres luego desinfectan los recipientes y las bolsas antes de usar la tela para los proyectos de costura.
“Ahora mismo están vendiendo las máscaras por su cuenta, porque no podemos hacer fiestas de carteras”, dijo Handal. “[También] es un desafío porque ahora no contamos con gente que corte tela previamente”.
El grupo sigue haciendo los bolsos y carteras de especialidad, aunque el proceso se ha ralentizado por los pasos adicionales y las medidas de precaución llevadas a cabo. “En rasgos generales, estamos avanzando, así que alabado sea Dios por eso”, dijo Johnson. “Todas las mujeres que se reunían antes siguen reuniéndose (virtualmente), y aún tenemos una lista de espera de otras mujeres refugiadas que quieren unirse”.
Si bien AMFA no organizará una escuela de verano para niños este año, probará algo nuevo. Comenzando la primera semana de julio, le llevarán a las familias de los niños un kit con actividades sobre la creación, para que puedan aprender sobre un día de la creación cada semana.
Peace of Thread Chattanooga (inspirado por Peace of Thread Atlanta) espera poder reunirse pronto en persona otra vez; mientras, tanto ellos como AMFA continuarán fortaleciendo virtualmente la comunidad y apoyando a las familias en Chattanooga en formas que mantengan el aislamiento social. La versión original de esta historia fue publicada en el sitio web de noticias de la División Norteamericana.