Respuesta a preguntas bíblicas
¿Cuál fue el propósito de Dios cuando se apareció a los israelitas en el Monte Sinaí?
Éxodo 19:16-20; 20:18-21 y Deuteronomio 5:22-27 contienen una descripción de lo que se denomina teofanía (del griego theos, «Dios», y phaino, «aparecer/ser visible»). La teofanía en el Monte Sinaí es la manifestación más gloriosa de Dios en el Antiguo Testamento, y ciertamente tenía un propósito central.
1. LA TEOFANÍA
La manifestación de Dios ante los ojos humanos estuvo acompañada de fenómenos naturales. Una nube espesa y densa cubrió la montaña, lo que hizo difícil ver qué estaba sucediendo (Éx. 19:16; 24:15, 16; Deut. 4:11; 5:22). El sonido del trueno acompañó a grandes relámpagos (Éx. 19:16; 20:18) y el sonido poderoso de una trompeta (Éx. 19:16, 19). El Señor descendió «en medio de fuego», y la montaña se cubrió de un humo que ascendía «como el humo de un horno» (Éx. 19:18, NVI;1 20:18). La montaña parecía estar ardiendo (Deut. 4:11; 5:23), cuando el Señor permitió que los israelitas vieran «su gran fuego» (Deut. 4:36). Estos fenómenos sobrenaturales transmitieron algo que superaba la comprensión humana: «La apariencia de la gloria de Jehová era, a los ojos de los hijos de Israel [en la opinión de ellos], como un fuego abrasador en la cumbre del monte» (Éx. 24:17; cf. Deut. 4:24). Estaban observando la brillantez majestuosa y magnífica de la gloria de Dios que, para ellos, tenía el aspecto de un fuego inaccesible (Deut. 5:24). Ellos temblaron y mantuvieron la distancia (Éx. 20:18).
2. LA VOZ DE DIOS
El sonido y los fenómenos visuales tenían por propósito identificar el lugar en el que se ubicaba Dios dentro de la creación. El pueblo sabía que Dios estaba presente en la montaña, pero solo podía ver su gloria, no la forma de Dios (Deut. 4:12). El Dios que reveló la gloria de su presencia al pueblo no podía ser confundido con los fenómenos naturales porque hablaba: era una persona (Deut. 4:12; 5:22-24). Escucharon que la voz del Señor les daba los Diez Mandamientos (Deut. 4:12, 13; 5:5; 9:10). Para los israelitas, el verdadero Dios era reconocido primordialmente por medio de su Palabra, no mediante una forma física. Lo que predomina en la teofanía y es determinativo no es lo visual sino la Palabra hablada, aunque ambos elementos están presentes.
3. LA INTENCION DIVINA
Dios intentó usar su Palabra para probarlos (Éx. 20:20) o disciplinarlos (Deut. 4:36, LBLA),2 en el sentido de instruirlos específicamente respecto de quién era él. Aquí hallamos el propósito de la teofanía. Dios les dijo a los israelitas: «Os tomaré como mi pueblo y seré vuestro Dios» (Éx. 6:7). Esta declaración forma el fundamento mismo del pacto. Cuando el pueblo llegó al Sinaí para encontrarse con Dios (Éx. 19:17), él, por causa de su amor infinito, ya lo había escogido redimiéndolo de la tierra de Egipto (Deut. 4:37). Ahora el Señor los estaba probando para permitirles que decidieran si lo querían o no como su Dios. Él se acercó a ellos en una demostración gloriosa de su majestad, para presentárseles personalmente (Deut. 5:32, 33). Su teofanía, en particular las palabras que pronunció sin interlocutor alguno, revelaron que «Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra; no hay otro» (Deut. 4:39, NVI). La respuesta del pueblo fue positiva, aceptándolo como su Dios (Deut. 5:27).
La teofanía del Sinaí señaló la teofanía de Dios en el Gólgota, donde Dios reveló la gloria de su amor sacrificial infinito por la humanidad pecadora (1 Juan 4:9-12). La pregunta es si estamos dispuestos a aceptarlo como nuestro Señor y Salvador.
1Las citas de la NVI pertenecen a la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI® © 1999, 2015 de Biblica, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo.
2Las citas que dicen NBLA pertenecen a La Biblia de las Américas®, Copyright © 1986, 1995, 1997 de The Lockman Foundation. Usada con autorización.