Piense en participar del Servicio Voluntario Adventista
Fue al servir a otros y al compartir esperanza que hallé significado y propósito
durante los años más difíciles de mi vida». Esta declaración y otras similares llegan hasta la sede de Servicio Voluntario Adventista (AVS por su sigla en inglés) en Silver Spring (Maryland, EE. UU.), procedentes de miles de voluntarios en todo el mundo. AVS existe para brindar oportunidades a los adventistas que quieren ser parte del gozo de llevar el evangelio al mundo, combinando sus talentos, dones, recursos y preparación profesional con necesidades definidas.
AVS atrae una diversidad de volun- tarios: estudiantes universitarios, profesionales, personas con oficios y también académicos, que se registran ya sea en oportunidades misioneras a corto o largo plazo. Las tareas a corto plazo van desde un día a dos meses; los programas a largo plazo pueden durar hasta dos años o aún más.
Las áreas de servicio incluyen tareas médicas u odontológicas, administrativas, pastorales, de evangelismo, educativas, de construcción, o en orfanatos, por nombrar solo algunas opciones. Los voluntarios pueden servir en un país dentro de su región o en otra División.
La historia de un voluntario
Matheus, un voluntario de AVS, no estaba seguro qué carrera quería seguir hasta que se registró en AVS para llevar a cabo reuniones de evangelización y enseñar la Biblia en comunidades de las riberas del Amazonas. Dice que mediante actos de servicio, y al compartir esperanza con las personas del lugar, se convenció de que Dios lo estaba llamando al ministerio pastoral. Matheus ahora estudia en el Seminario Teológico Adventista en Míchigan (EE. UU.), para llegar a ser un misionero de tiempo completo.
«La experiencia de salir de lo que
me resultaba cómodo no fue fácil –dice
Matheus–. Necesitaba cultivar resilien-
cia, perseverancia y flexibilidad, pero
por sobre todas las cosas, necesitaba
una profunda comunión con Dios
mediante la oración y el estudio de la
Biblia. Creí que iba a salvar y cambiar al
mundo, pero en último término, fue mi
mundo el que cambió».
Una experiencia creciente
Elena White escribió: «El espíritu de labor abnegada en favor de otros da al carácter profundidad, estabili- dad y amabilidad como las de Cristo; infunde paz y felicidad a su poseedor […]. Los que ejercitan las gracias cristianas crecerán. Tendrán nervios y músculos espirituales y serán fuertes para trabajar por Dios. Tendrán claras percepciones espirituales, una fe constante y creciente, y poder prevaleciente en la oración».*
La experiencia del voluntariado desarrolla el liderazgo e impulsa carreras profesionales. Moldea el carácter y acomoda las prioridades. Ayuda a cumplir la comisión de llevar el mensaje del evangelio a todas las naciones. Por sobre todo, atrae a los que aceptan el llamado de Dios al servicio misionero hacia una relación cercana con el Señor.
Para saber más del AVS, visite www.adventistvolunteers.org.
* Elena White, Testimonios para la iglesia (Doral, Fl.: Asoc. Publicadora Interamericana, 1998), t. 5, p. 572.